El lipedema (código EF02.2 en el ICD-11) es una patología de origen genético que afecta mayoritariamente a mujeres. Suele iniciarse en la pubertad o en otras etapas que impliquen cambios hormonales y consiste en una alteración de la distribución de la grasa que se acumula de forma anormal y simétrica en el sistema linfático, mayoritariamente en los miembros inferiores (desde la cadera hasta los tobillos) y en estadios avanzados en miembros superiores. No afecta al pie como en el linfedema. Comúnmente es conocida como “la enfermedad de los tobillos anchos”, tan común y tan infradiagnosticada, confundiéndose muchas veces con celulitis, obesidad y linfedema. Al igual como el linfedema, afecta al sistema circulatorio y al sistema linfático (en el caso del lipedema dada la compresión de la grasa sobre ambos sistemas).
El lipedema se caracteriza por edema, dolor, depósito de tejido graso, hematomas frecuentes ante el mínimo traumatismo por la fragilidad capilar, sensación de tirantez y pesadez en los miembros afectados, problemas circulatorios de retorno venoso, permeabilidad intestinal…
No hay pérdida de volumen con dietas convencionales ni con ejercicio intenso, que a pesar del esfuerzo, la grasa sigue intacta en los miembros afectados, aunque sí hay variaciones en los miembros no afectados. Las afectadas de lipedema tienen que seguir una alimentación especial, eliminando alimentos procesados, azúcares, sal y alimentos inflamatorios. Actualmente, existen varias dietas para mejorar el lipedema: RAD, Hiperprotéica, Cetogénica, etc. El ejercicio físico no disminuye el lipedema, pero nos ayuda a ralentizar el proceso y aliviar los síntomas. Se recomiendan ejercicios de bajo impacto como: caminar, ejercicios en el agua, natación, bicicleta, Nordic Walking, yoga, pilates…
La enfermedad es progresiva, es decir, los síntomas aumentan con el paso de los años pudiendo llegar a causar incapacidad. En estadios avanzados, por compresión de la circulación linfática, sus síntomas empeoran pudiendo derivar en un lipo-linfedema.
Esta enfermedad ha sido recientemente reconocida por la OMS con el código EF02.2 en el CIE11. Esto es un paso adelante en nuestra lucha, dado que muchos profesionales confunden el lipedema con obesidad, quitándole importancia a esta patología (incluso negando su existencia) y servirá para prestarle la adecuada atención que merece el lipedema sin infradiagnosticarlo y evitando el peregrinaje de profesionales que tienen que realizar las afectadas.
Se localiza habitualmente en las extremidades pero también puede aparecer en torso, cara, genitales u otros órganos y produce engrosamiento, deformidad, hichazón, cansancio, alteración de la imagen corporal, etc.
El linfedema se caracteriza por edema, cambios cutáneos, sensación de calor en el miembro enfermo con o sin enrojecimiento, sensación de tirantez y pesadez en los miembros afectados, hormigueo y pérdida de sensibilidad, entumecimiento, fatiga y limitación de la movilidad, etc.
El linfedema se clasifica principalmente en primario y secundario, según la causa que lo ha producido.
Se aprecian dilataciones venosas prominentes y pigmentación cutánea. Se presenta en los maléolos y es más manifiesto por las mañanas. Al menos la mitad de los pacientes con febledema tienen venas varicosas evidentes.